Las enfermedades
mentales, por lo general, se consideran originadas a partir de una variedad de
factores genéticos y ambientales:
Atributos hereditarios. La enfermedad mental es más frecuente en las personas
cuyos parientes consanguíneos también la padecen. Ciertos genes pueden aumentar
el riesgo de contraer una enfermedad mental y la situación de vida en
particular puede desencadenarla.
Exposición ambiental anterior al nacimiento. La exposición a factores de estrés
ambientales, enfermedades inflamatorias, toxinas, drogas o alcohol en el útero
puede asociarse, en algunos casos, con la enfermedad mental.
Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se
encuentran naturalmente en el cerebro y que transmiten señales a otras partes
del cerebro y del cuerpo. Cuando las redes neurales que contienen estas
sustancias químicas se ven alteradas, la función de los receptores nerviosos y
de los sistemas nerviosos cambia, lo que genera depresión.
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